Historia
Nuestras fuentes
La Congregación de Nuestra Señora de Sion es una comunidad católica romana de hermanas apostólicas y contemplativas fundada por Teodoro Ratisbona en 1843, Francia. Nacimos de la intervención directa de María, quien es para nosotros la hija de Sion mencionada por los profetas. Ella es la mujer de la escritura que vivió plenamente la fe y la esperanza de su pueblo.
Fuimos fundadas para dar testimonio en la iglesia y en el mundo de la fidelidad de Dios a su amor por el pueblo judío y para apresurar el cumplimiento de las promesas de justicia y paz que fueron proclamadas por los profetas y Jesucristo para toda la humanidad.
Nuestro fundador el Padre Teodoro Ratisbona nació en una familia judía en Estrasburgo, Francia en 1802. Recibió una educación llena de valores y afecto, pero su formación religiosa fue poca.
Teodoro escribió: “No me gustaba mi religión ni ninguna otra. De su confusión y búsqueda del sentido de la vida brotó esta oración: “Oh Dios si realmente tu existes, hazme conocer la verdad y prometo consagrarte mi vida”.
Como muchas otras personas que vivieron la revolución francesa Teodoro fue parte de este proceso de asimilación, por lo que decidió formar parte de un curso de estudio de Filosofía.
El profesor del curso Louis Bautain les presentó a sus estudiantes a una mujer muy sabia y entendida, Louise Humann quien guío al grupo espiritualmente y se convirtió en la madre espiritual de Teodoro. Fue bajo su guía que Teodoro descubrió el amor de Dios plasmado en las escrituras, pudo ver con gran claridad la conexión entre las escrituras judías y cristianas (Antiguo y Nuevo testamento), las cuales son una expresión continua de la fidelidad y el amor de Dios universal por su pueblo y todos los pueblos de la tierra.
Teodoro fue bautizado en 1827 y ordenado sacerdote en 1830. Siendo un joven sacerdote hizo vida el llamado bíblico de expresar las promesas del Reino de Dios a toda la humanidad. Como predicador y guía espiritual formó un grupo de mujeres, quienes posteriormente se convertirían en las primeras religiosas de Sion, que le ayudaban a educar a un grupo de niñas algunas de ellas huérfanas y de diferentes religiones. De su preocupación por brindar educación a estas niñas estableció escuelas en Estrasburgo y París.