«Me has seducido, Señor, y me dejé seducir por ti» (Jeremías 20,7)
Una Hermana de Sion debe tener un corazón, más grande que el mundo y respetar a todas las culturas, nacionalidades y creencias. Nuestro fundador, el Padre Teodoro Ratisbona dice: «La reconciliación ocurre cuando las personas se conocen y se aprecian»
El discernimiento se puede comprender como el arte de saber elegir, no según nuestros egoísmos sino desde Dios y lo mejor de nosotros mismos.
El discernimiento es la capacidad de escucha, activa y serena de Dios, la cual se consigue solo por medio de la oración y la contemplación de toda realidad preguntándonos:
– ¿Señor a qué me llamas?
– ¿Estoy dispuesto a dar testimonio del amor fiel de Dios?
– ¿Escucho un llamado a ser una mujer de justicia, de esperanza, que ame las escrituras y la oración?
– ¿Estás esperando construir puentes entre personas de diferentes religiones y culturas?
– ¿Estoy listo para trabajar por la justicia, paz y reconciliación?
– “¿Qué quieres que haga por ti?” (Marcos 10,46) “Anda y vende lo que tiene…Ven y sígueme” (Marcos 10, 21)
– » Dios lo llamó y le dijo: ¿Dónde estás?» (Génesis 3, 9)
Es Jesús quien te llama por tu nombre y en libertad te pide seguirle.
Hay muchas historias vocacionales en la Biblia, que fueron llamados por Dios que dieron su respuesta, por ejemplo, ABRAHÁN, MOISÉS, SAMUEL, ISAÍAS, entre otros.
Estas son historias de personas comunes que se vuelven extraordinarias ya que supieron escuchar y responder al llamado de Dios desde su realidad, tiempo y contexto.
En su respuesta al llamado, pudieron ir más allá de sus miedos y dudas y hacer cosas asombrosas para Dios y el pueblo de Dios.
El examen diario como ejercicio de discernimiento
– Encontrar siempre un lugar tranquilo donde esté lejos de las distracciones.
-Ponerse en la presencia del Señor. Me puede ayudar cualquier tipo de respiración y
relajamiento. Le pido al Señor que me ayude a desentrañar mi día, que lo pueda escuchar lo que me tiene que decir.
-Leer el texto bíblico (Ver anexo). A veces es útil leerlo en voz alta.
-Tener un momento de silencio, rumiar la palabra y escoger algunas frases que nos llame la atención y quedarnos con ella en oración.
- Leer el texto nuevamente y hacernos preguntas en base al texto.
- Algunas veces es útil escribir sus reflexiones en su diario de oración.
- Es valioso compartir tus reflexiones con un amigo, un acompañante, un guía espiritual o una Hermana de Sion.
Anexo: Textos Bíblicos
– Gen 12,1-5: Vocación de Abraham
– Ex 3,1-12: Vocación de Moisés
-Nm 27,12-23; Dt 3, 21-28; 31,1-23: Vocación de Josué
-Jc 6,1-6. 11-24: Vocación de Gedeón
-1 Sam 3,1-10: Vocación de Samuel
– Is 6,1-8: Vocación de Isaías
– Is 42,1-9: Primer cántico del siervo
– Is 49,1-9: Segundo cántico del siervo
– Is 50,4-9: Tercer cántico del siervo
– Jer 1,4-19: Vocación de Jeremías
-Mc 1,16-20; Lc 5,1-11: Vocación de los cuatro primeros discípulos
-Mc 2,13-14: Vocación de Leví
-Mt 4,18-22: Venid conmigo y os haré pescadores de hombres
-Mc 10,35-45: Petición de los hijos del Zebedeo… los jefes deben servir
-Mc 10,46-52: Curación y seguimiento del ciego Bartimeo
-Mt 13,44-46: El tesoro y la perla
-Mt 19,16-22: Joven rico
-Lc 1,26-38: Vocación de María
-Lc 16,13: Sólo se puede servir a un único Señor
-Jn 1,35-51: Los primeros discípulos… ¿qué buscáis? venid y lo veréis
-Jn 21,15-18: Jesús pregunta a Pedro si le ama